Los ministros europeos piden conectar los pesos y dimensiones al transporte combinado
El debate de masas y dimensiones en el transporte de mercancías por carretera está lejos de cerrarse de forma satisfactoria antes de que España termine su mandato rotatorio de la Unión Europea. El Consejo Europeo de Ministros de Transporte ha concluido hoy sin grandes avances en esta materia y sin una directiva clara por la petición de un total de siete países de debatir y aprobar esta normativa de forma acompasada con la directiva del transporte combinado que también está sobre la mesa de la EU. Los países europeos han mostrado prácticamente unanimidad sobre la sobrecarga y el deterioro en las infraestructuras europeas que provocaría aumentar los pesos y dimensiones. Por otro lado, durante el pleno de esta mañana, ha quedado en evidencia la precipitación con la que algunos portavoces acusan a la Comisión Europea de actuar en este tema.
Los ministros de Transportes temen una pérdida de competitividad del ferrocarril de mercancías
Prácticamente la totalidad de las delegaciones de los países miembros del Consejo Europeo (un total de 17) han señalado que el calendario de debate y de implementación del cambio de masas y dimensiones es “del todo desafortunado”, como han manifestado los portavoces de República Checa, y que su aprobación debería realizarse de forma coherente con la directiva del transporte combinado, ya durante la presidencia belga de la UE. En este extremo han coincidido otras delegaciones como Luxemburgo o Italia, que además ha denunciado que en la normativa existen “elementos del todo dudosos, sobre todo en lo concerniente al transporte intermodal”, en el sentido de que “la unificación de ambas directivas generaría nuevas sinergias”. Por su parte, Grecia ha señalado que, aunque la norma de masas y dimensiones “va por el buen camino”, todavía deben mejorarse aspectos como la altura y la carga máxima.
En el caso de Bulgaria, su portavoz ha querido remarcar que “lo que aquí se propone supondría una carga excesiva para las infraestructuras que tenemos” y ha sugerido profundizar más en los requisitos que deberán cumplir estos vehículos. “Al menos, tenemos la seguridad de que algunas disposiciones de la normativa no son vinculantes”, ha comentado al final de su intervención. Pero especialmente unánime ha sido la impresión de que las infraestructuras no están preparadas para acoger un modelo de transporte por carretera que aumente la longitud, los ejes y el tamaño de los camiones y que “se necesitará una gran cantidad de inversión para adaptar las carreteras”, como ha reconocido la delegación de Austria.
En este sentido, se han pronunciado también Países Bajos, que ha pedido “que sean las dimensiones las que se adapten a las infraestructuras, y no al revés”; Finlandia, que ve “capital conservar las infraestructuras para que el transporte transfronterizo pueda continuar sin barreras”; Hungría, que ha pedido más tiempo para continuar examinando los pesos y dimensiones; Eslovenia y Francia. Cabe destacar que Finlandia es el único país escandinavo que se ha descolgado del sentir general de Suecia y Dinamarca, donde disponen de una legislación con máximos más elevados en el ámbito de los pesos y dimensiones y que, según el delegado sueco, “suponen un punto crucial para nuestro desarrollo”.
También es general la sensación de que el aumento de masas y dimensiones en el transporte de mercancías por carretera podría poner en riesgo la competitividad del ferrocarril. “Todo este tema debería dejarse en manos de los expertos”, ha reclamado Lituania. “La llegada del cambio de masas y dimensiones creará un problema de competencia entre la carretera y el ferrocarril, que no termina de hacerse un hueco entre las alternativas de transporte de mercancías más económicas”.
POSICIÓN INAMOVIBLE DE LA COMISIÓN EUROPEA
Por parte de la Comisión Europea, en cambio, no parece haber mayor posibilidad de movimiento en esta materia. La comisaria de Transportes, Adina Valean, ha afirmado rotunda que “el fomento del empleo de vehículos pesados de emisiones cero es una condición ‘sine qua non’ para la descarbonización del sector, y la carga adicional es indispensable para que los operadores inviertan en ecologización de la flota”. En su opinión, la carga extra de este tipo de vehículos supondrá “un incentivo tangible y práctico” para los transportistas, aunque sí ha concedido que el transporte combinado requiere de un mayor análisis y de una prórroga en las consultas antes de implementarlo “para asegurar que su puesta en práctica sea justa”.